24 de diciembre de 2006

Una Rosa Blanca al Globo Acústico * Una Botella de Whisky al Rincón jazzero

LARGA VIDA AL RINCÓN

LARGA VIDA AL GLOBO

Que buena manera de rendir homenaje a dos buenos y grandes programas de producción radiofónica hidalguense,programas de radio que sin duda el tiempo les dará la razón de su existencia,y el silencio se sentirá incómodo y melancólico por la ausencia.

Y es que en este momento en el que me encuentro tecleando mis pensamientos en este espacio virtual, escucho a un exquisito grupo de musicos nigerianos en una ola jazz que golpea a la mente, la conciencia y se apoderan de los pies y pareciera ser que solo por un momento muy breve, mis pies tienen algo de ritmo,pero solo sucede en un momento muy breve, mientras escucho a estos musicos nigerianos,

eS mi muy particular manera de rendirle tributo principalmente al RINCÓN DEL JAZZ por estas ondas jazzeras, y en segundo al Globo Acústico, por el lejano lugar de donde proceden estos musicos que tocan re bonito haciendo gala de sus raices culturales en torno al R I T M O.

Fela Anikulapo Kuti un músico de nigeria que me inspira a rendirle su tributo a este par de programas de radio que más o menos en más de un millar de días hicieron rezonar en los oidos hidalguenses muchos, muchos, muchos ritmos, y encuadres sonoros que fracturaban muchas de esas noches tan APÁTICAS, que a veces parecen un verdadero reto por romper en esta airosa ciudad.
Escuchemos jazz, mientras hacemos esto bebamos whysky y mucho
Escuchemos jazz mientras encendemos la noche,y los cigarillos de los hermanos; Escuchemos Jazz y mientras hacemos esto, hagamos el amor más allá del amanecer;
Escuchemos jazz y seamos libres;
Escuechemos jazz, y regalemos rosas blancas a las doncellas que deambulan por solitarias calles iluminadas por un faro antiguo...
aunque quizás muchas desprecien las rosas y prefieran también el WHISKY
y cuando suceda entonces armemos una gran fiesta...
entre músicos que tocan jazz, entre la libertad de disfrutarla, entre mujeres que sus caderas se mueven al ritmo sincopado de una hipnosis que encanta serpientes fálicas.