11 de febrero de 2007

CANTO AL DIABLO
Primer acto que no existió nunca
Un filósofo muy muy muy pobre se encontraba en un paseo, donde sus muy muy muy pobres pies se encontraban descalzos, tocando el frio concreto de las ciudades por donde el filósofo pasaba y deambulada, se encontró de pronto frente a una fuente la cual estba apagda, o desconectda, o desenchufada, bueno como se diga para cuando la fuente no emite pulsaciones hidraúlicas, y colocado en esa fuente muerta, el filósofo se detubo a meditar el extraño ruido que de su estómago provenía.
Segundo acto casi, casi pudo existir
Mientras el filósofo muy muy muy pero muy pobre se encontraba frente a la fuente muerta, quizás -porque no hubo testigos en dicho evento- por su terrible hambre comenzó a escuchar una voz la cual se percibía en la ciudad completamente
-Si tanta hambre tienes, invócame-
Se escuchó que dijo esa voz, serena, cuyo timbre de voz retumbaba el espacio molecular y que se expandía por toda la ciudad, parecía provenir del frente, o de un lado, o por atrás, pero se escuchaba en toda la atmósfera.
El filosófo se llevó ambas manos al abdómen apenas cubierto
por unas desgastadas prendas pútridas, y miró hacia todos los lados, de donde provenía la voz que reumbaba ls paredes de la ciudad, y en un momento breve el filósofo habló.
- De hambre muero, pero ¿quién eres que tu voz prece un canto maldito?, mi hambre me está jugando un broma pesada, y alucinaciones auditivas escucho, no puedo dejar que la irracionalidad me haga pedazos, dijo el hambriento filósofo, y se hincó sobre la fría superficie.
-No podrás verme, pero me sientes, y sabes que ando por aqui, de echo te sigo desde hace días esperando con paciencia molecular, que tu cuerpo de el ultimo suspiro, anda , no seas necio, todas las ideas que generas y tratas de difundir, solo caen en un balde oscuro de fría humanidad, lo sabes bien, pensador, lo sabes bien pensador.
Dijo la voz que en todas partes de la ciudad de escuchaba
Tercer acto que se arrepintió de casi existir
El filósofo se acercó a la fuente muerta, con un de sus manos se acomodó para beber de la fuente muerta, se mojó el rostro, los labios, y bebió más de esa agua.
- Mi tarea es con la humanidad, no con un voz desconocida, la cual busca hacerme ver mi suerte, en este complicado trabajo de las ideas que NO se escuchan, por que solamente eso eres, una voz que retumba el cielo molecular, y nada más.
Por eso te digo, abandóname voz que canta, que mi canto es al corazón de los hombres, y estás equivocado, mi canto no es al diablo.
Cuarto acto final que de plano no existió El hambriento filósofo, siguió su camino, buscando que su canto al diablo, no se escuche más.