2 de febrero de 2007

Pequeño cuento de neurosis
Hora: tres de la mañana Día: Domingo Momento: Algo muy Fúnebre
Anotaciones: al día siguiente el atormentado adolescente tendrá exámen final de preparatoria.
Daban las tres de la mañana en el reloj del celular, que temeroso miraba un adolescente al llegar a la puerta de su casa, y era verdad se encontraba acorralado, angustiado, el brillo de sus ojos se había opacado y por si fuera poco se encontraba bañado en sudor, de pronmto una ráfaga de desesperación le habia atormentado su puberta existencia; horas antes en una visita a casa de su también adolescente novía, recibió la noticia que quiz{as en algún otro momento -de sus vidas- hubiera causado jolgorio y alegría.
__ ¡ Estoy embarazada ! gritó a manzalba la bella niña cuyas líneas corporales se habían proyectado con una frondosidad, irresistible, húmedad, atracción casi, casi bestial de uno hacia el otro. pero sin duda que ella misma era un argumento asfixiante, poderoso y que convencía, por lo que el adolescente cayó en ese círculo vicioso de inexperta pasión descuidada.
__ ¡ Estoy embarazada ! El grito perforaba todo el ser del jóven inquieto, quien además estaba por presentar su exámen final para concluir la secundaria, había pensado en irse a una preparatoria especial, para genios, pues su promedio lo merecia ya que era un jóven brillante en materias de ciencia, política, literatura y matémática, quizás su padre por sus relaciones e influencias por parte de los Legionarios de Cristo que tenía, podrían colocarlo en la cúspide más alta de la cadena alimenticia del empresario mediocre.
Hora: las 5 de la madrugada Día: íntervalo de domingo a lunes
Momento: Más fúnebre que el anterior
Anotaciones: El aterrorizado jóven tiene una pistola, obsequio de su padre, hombre de negocios.
En las cinco de la madrugada hora de esa parte del mundo, de ese lugar imaginado y usado para esta redacción, en la mente del adolescente acorralado había llegado a un punto de total distorción de la persepción de su realidad.
Mil ideas paseaban y deambulaban como espectros lúgubres en la mente del aterrorizado muchacho, que entre una mezcla de emociones encontrados, recordaba las tardes eternas a un lado de la mujer adolescente quien le había dicho horas antes que tendría un hijo.
MIL IDEAS dentro de la mente del jóven
suicido
escaparse
aborto
Entre otros pensamientos que se iban haciendo mucho más perversos
El telefono de su celular se activó con una llamada, de pronto lo scó de su pantalón y respondió, er la chica bella y de vida atormentda quien estaba del otro lado del sonido, le decía que estubiera tranquilo, que el debía responder bien su último exámen de preparatoria, el mañana esperaba le decía, el jóven dio rienda suelta a su llanto, sollosó como un infante perdido y alejado de los brazos de su madre.
Le dijo a ella que la amaba, y que perdonr´todo esto, que por todo en el mundo nadie era más importante pra el y habpía amado a alguien más que a ella misma, la chica le dijo que todo estaría bien, buscb de algun manera consolarlo, ella hbpi decidio abortar al niño, pero no se lo diría al joven de rostro humedicod por lágrims de tortura, ella pensaría que decirle después. la chica pensaba en sus amigs, alguna de ellas sabrá donde llevarla para el legrado, eso pensaba ella mientras, busca el consuelo de su angustiado amante.
El chico le dijo la mujer que le amaba y que le perdonra por lo que estaba a punto de hacer, él tenía ya la pistola que su padre le regaló para defenderse, por nervios le dió comezón en su frente y se rascó usando el cañón del arma, de pronto la chica al otro lado del celular reaccionó, como si supiera que el amante jpóven que la había dejado preñada estaba por mtarse, le gritó, le dijo que ella le necesitaba, que no hiciera tonterías.
Hubo ruegos, muchos llantos, muchas lágrimas, una detonación fulminante, gritos ahogados, gritos de llanto y lágrimas mezcldas con moco en los rostros.
El cadáver del adolescente se enmrcab de un charco sangriento, que se expndía por la duela de su habitación, dejab en un color marrón el suelo, y en el fondo del celular, se escuchaba un hola, uno y otro más, un hola preguntando si había vida, dl otro lado del aparato de comunicación, uno y otro hola, un mr se escuchba tmbién, preguntando, mientras el líquido sanguinolento se expandía en la neurótica habitación que ya no tenía señal alguna de vida.