8 de febrero de 2007

Aniversario de Plata
Parte de los encantos de nuestro folklore como mexicanos es sin duda el llamado deporte espectáculo del pancracio, o la lucha libre mexicana y es que esta se encuentra llena de misterio, de rituales, de ceremonias, de una lucha incansable donde las fuerzas del bien simbolizan la eterna revuelta contra las fuerzas de la oscuridad.
En el interior de este universo de máscaras misteriosas, de capas con diseños llamativos, de botas relucientes y de un encordado rombo de batalla de seis por seis metros, se encuentra una larga lista de héroes quienes con el paso del tiempo, y con el gusto del público han llegado a niveles de admiración casi casi inmortal, tal es el caso del prominente hidalguenses Rodolfo Guzmán Huerta o mejor conocido como El Santo, El enmascarado de Plata. Rodolfo Guzmán Huerta vio la luz por primer vez en tierras Hidalguenses el 23 de Septiembre de 1917 abrazado por los brazos de sus padres; Jesús Guzmán Campuzano y Josefina Huerta (Márquez) de Guzmán.
Se recuerda en la historia familiar que Rodolfo fue el quinto de siete hermanos, siempre muy querido, dice la gente que se ganaba el cariño de todo el mundo por su carisma natural. Tras la migración familiar hacia el Distrito Federal, la familia Guzmán se instaló en el centro del llamado Barrio Bravo de Tepito, donde Rodolfo Guzmán terminó sus estudios de primaria en la popular escuela Abraham Castellanos, como la mayoría de los niños el pequeño infante desarrolló un gusto especial por los deportes, dentro de los cules, se veía el béisbol y el futbol. Pero la historia familiar comenta que fue cuando cumplió los 30 años cuando se involucró por completo en este deporte espectáculo de la Lucha Libre Mexicana, se menciona que fue el 28 de junio de 1933 cuando transcurrió el momento en que por primera vez el Santo iniciaba su vertiginosa carrera. Para ganarse el sustento diario, Rodolfo trabajaba en una fábrica de medias para mujer, donde se le ocurrió que debería estudiar Artes marciales, y de ahí fue como encontró las conexiones necesarias, para adentrarse a la lucha grecocorromana, que es una de las bases deportivas del llamado Arte del Gotch, a pesar de que para ese entonces ya b luchaba en algunas funciones, que variaban de la renace Perladillo, en Tepito, y la Arena Afición de Pachuca Hidalgo, no lograba despertar gusto y la admiración de la respetable audiencia, por lo que entonces decidió cambiar su imagen desde el nombre, donde era conocido como Rudy Guzmán. Al Santo le costó mucho trabajo llamar la atención entre su público, a pesar de que él luchaba con un estilo particular demostrando mucha agilidad y haciendo uso de su arma portentosa, que en sus piernas, donde radicaba la mayor parte de las llaves y castigos que aplicaba donde el poder se demostraba en cada encuentro, sin embargo tras llamarse el Hombre Rojo, donde mostró una nula empatía con la gente, decidió cambiarse el nombre al Murciélago II sin embargo por incomodidad del Maestro Murciélago Velásquez, debió cambiarse su nombre Tras un matrimonio Rodolfo Guzmán Huerta fue llamado por su padrino de bodas -cabe mencionar que el Santo fue padre de 10 hijos, entre ellos su heredero- Salvador Lutteroth, -creador de la conocida Arena Coliseo- y quien desde un principio le tendió la mano par apoyar su carrera le comentó que tenía un equipo especial para él, decorado en plata, y que debía elegir el nombre de batalla, entre los cuales se contemplaron, el Diablo, el Ángel y el Santo. La historia del Santo comenzó como un luchador rudo, cuya fama creció a tal punto que cambió de bando y se fue hacia la esquina de la ciencia y la pulcritud deportiva, siendo ya técnico, sus tijeras voladoras, el tope de Cristo, la inmortal llave de Caballo, eran algunos de los recursos espectaculares, que el Héroe dejó grabado en la mente del mundo.

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